Tanto Vidal, como Mauricio Macri, celebran la división del peronismo en la Provicnia de Buenos Aires, ya que esto le daría un alivio en la disputa por ganar las PASO de agosto, que enfrenta a Cristina con el nuevo frente Unidad Ciudadana y al ex ministro del Interior, Florencio Randazzo.
Por el lado de frente que conformó Randazzo, por estas horas todos es incertidumbre y mientras algunos dirigentes se entusiasman con la idea de jugar con el sello partidario y desde ahí comenzar la reconstrucción del peronismo de cara al 2019, otros entienden que llegó la hora de dar un giro.
Lo cierto es que con CFK en la cancha, garantizando la polarización y el peronismo divido, el macrismo saca cuentas y festeja porque ya no necesita ni siquiera de la estructura territorial del radicalismo, que en esta coyuntura ve nuevamente peligrar sus lugares a manos de dirigentes del PRO prácticamente desconocidos en el ámbito bonaerense, como Gladys Gonzalez y Facundo Manes, que seguramente será candidata por la UCR sin que los boinas blancas lo elijan.
Pero de todas maneras no se puede negar que la extinción del FPV por decisión de la ex presidenta, abrió un nuevo frente posible para los renovadores que buscarán, antes o después de las PASO arrimarse al randazzismo de cara a las elecciones generales.