
Muy lejos de las promesas oficiales que hablan de una mayor inversión para el sector, la gestión del Gobierno nacional se caracteriza por una fuerte disminución en los gastos del área de Ciencia y Tecnología que dirige Lino Barañao.
Los números son muy claros y sirven para graficar la situación. Solo el 0,6% del Presupuesto nacional para este año está destinado a los organismos que componen el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, cuando el año pasado había sido del 0,8%.
A los bajos fondos que son destinados al área se les suma una fuerte subejecución en muchos de los programas que están bajo su órbita. En el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, por ejemplo, en la Exhibición Pública e Investigación en Ciencias Naturales, en los primeros seis meses de 2017 no se llegó a gastar el 50% del dinero público que tenía destinado en su presupuesto original.
Idéntica situación se vive en los Servicios de Asistencia Técnica en el INTI, que subejecutó entre enero y mayo de este año el 30% de sus fondos. A su vez, en el Instituto Nacional del Agua, solo se ejecutó el 13,4% de lo asignado a los Análisis Químicos Especializados.
Otras áreas afectadas por el ajuste son los subsidios que se dan desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, donde en el primer semestre se utilizó nada más que el 12,8%. Pero un sector que tiene todas las de perder es el de las visitas guiadas a estudiantes de escuelas públicas que asisten al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), donde se gastó en los primeros cinco meses de este año nada más que el 0,3% del dinero destinado originalmente.
Dentro del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), la ejecución del gasto no se realizó de acuerdo a las circunstancias de crisis que vive el sector en la actualidad, ya que para el Servicio de Laboratorio de tipo Químico y Ambiental, en los primeros seis meses del año solo se gastó el 13% de los más de 53 millones de pesos designados para el mismo.
DH