
Daniel “El Profe” Loza tiene de 60 años y produce aceite de cannabis con fines medicinales y los distribuye con el fin de acercar ayuda y paliativo a personas que sufren diversas enfermedades como el autismo, Parkinson o Tourette, entre otras.
Tras su detención y liberación hablo con la prensa y en diálogo con FM CIELO aseguró: “Quiero decir que tanto los presos como los oficiales me trataron con mucho respeto”, dijo y siguió: “Canalicé mucha experiencia con lo que pasó”.
Además, destacó el apoyo de los medios de comunicación y de las madres y familias que consumen el aceite: “Fue muy satisfactorio para mí”. Es que familiares y amigos del profesor se movilizaron a los tribunales de 8 entre 56 y 57, junto a organizaciones que piden la despenalización y defienden el uso terapéutico del aceite de cannabis, e hicieron sentir su acompañamiento.
Reconoció: “me hice meter preso”. Es que ante tanta marcha por despenalización, y consignas que bregan “basta de presos por cultivar”, el profesor quiso sentar precedente. Y lo hizo. “Sólo tenía que mandarme y bancármela, ahora los legisladores deberán legislar”.
“El Profe”, además contó que “sabía que me estaban controlando, vigilando. Salía de mi casa y veía autos raros, o en el patio yo saludaba a los drones”.
Era profesor de matemática, pero ahora se dedica a arreglar heladeras y lavarropas, con lo cual la producción del aceite cannábico le resulta cara. De todas maneras, “yo no puedo cobrarle a una jubilada que tiene un dolor terrible que no puede dormir. Siempre me maneje así”, dijo y siguió: “Eso de que yo vendía a 700 pesos es una mentira, no pongo un precio, digo: ayúdame a seguir”.
Lo que recibe son colaboraciones que le permitan costear la producción. “Uso una planta, la seco, la pongo en frascos, echo alcohol, la dejo macerando 3 o 4 meses, lo cuelo, lo pongo a calentar y con la ebullición se evapora el alcohol. A posteriori se forma como una grasa, la cual la extraigo con una jeringa y a un litro de aceite de oliva le agrego 3 cm cúbicos. Ese es el aceite y fui preso por eso”, concluye Loza.
La causa quedó abierta pero, sin dudas, sentó un precedente judicial que deja una luz de esperanza a tantas familias que sufren los duros golpes y embates de duras enfermedades.
El aceite de cannabis ayuda a calmar el síndrome de Tourette, con una mejoría marcada de tics vocales y motores; frena algunos efectos neurológicos y espasmos musculares producidos por la esclerosis múltiple; trata el déficit de atención ADD y ADHD; previene dolores y alivia síntomas de enfermedades crónicas; combate el glaucoma; ayuda a prevenir el Alzheimer y evitar su agravamiento; disminuye la velocidad del crecimiento de tumores; combate las migrañas y calma temblores producidos por el Mal de Parkinson.